domingo, febrero 24, 2008

Arte Mestizo

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"Los religiosos trajeron desde España "para adoración y reverencia", centenares de obras religiosas, incluso de autores relevantes como Murillo, Zurbarán, Ribera y El Greco. Pero también llegaron a estas tierras obras de los maestros flamencos y holandeses, de enorme influencia en la obra posterior de los artistas autóctonos. No habían pasado veinte años de la fundación de la ciudad de Quito cuando llega a la ciudad un religioso de la orden de San Francisco, de origen flamenco, de Gante, Fray Jodocko Ricke, cuya enorme obra religiosa, su profundo amor por los indígenas y su no menos impresionante labor social, lo han consagrado como uno de los mayores personajes de su época. Con él llegan Fray Pedro Gosseal, flamenco también, Fray Pedro Rodeñas y el lego Fray Antonio Rodríguez, españoles. Fundan en 1534 el primer convento de su orden en la América meridional y adjunta una escuela para los hijos de los españoles, pero tambien una humilde escuela de artes y oficios para los indígenas. Esa escuelita -que más tarde adoptaría el nombre de San Andrés- constituye el gérmen de muchas generaciones de artistas anónimos que configurarían un nombre célebre, bautizado más tarde como la "Escuela Quiteña de Arte".De esa escuela salieron los primeros canteros, alarifes y albañiles, que colaboraron en la construcción de edificios y templos. Pero también se formaron los primeros pintores, escultores, doradores y músicos de estas tierras. Al conocimiento heredado de Fray Pedro Pintor y otros religiosos, sumaron la profunda sensibilidad andina, la sabia valoración estética de sus antepasados, el color vibrante de los trópicos, para crear un arte mestizo, que utilizó las formas europeas pero se sirvió de la mano de obra indígena, la cual le otorgó un aire, una estética, un color y un sabor enteramente distintos.Así surgieron los indios y mestizos geniales, anónimos en su tiempo pero ahora reconocidos, como los indios Sánchez Galque, Caspicara, Pampite, Menacho o Sangurima; los mestizos Miguel de Santiago, Samaniego, Legarda o Goríbar y los religiosos, entre los que tiene un merecidísimo sitial Hernando de la Cruz.De esa conjunción de razas y culturas, surgen esplendorosas realizaciones en el campo de la arquitectura, de la pintura, de la escultura y la artesanía que transformaron a ciertas ciudades del Ecuador, pero especialmente a Quito, en uno de los lugares más densamente poblados de obras de arte del mundo. Esta ciudad, declarada por la Unesco como "Patrimonio Cultural de la Humanidad", llegó a tener hacia el siglo XVII, un desarrollo cultural enorme, volcado principalmente hacia el arte religioso: así surgieron joyas como las iglesias y conventos de La Compañía, San Francisco, Santo Domingo, La Merced, San Agustín, El Carmen, El Tejar, entre los más destacados."

Sacado de www.cncultura.gov.ec/cultura/HTML/ECUADORCOLONIAL.HTM

Comentario:
El arte colonial quiteño me gusta bastante porque es bastante trabajada la forma, es bastante colorido y esto en cierta manera da una perspectiva indígena porque los indígenas en lo que usan utilizan bastante el color. Otro mensaje que me dio esta página web es que los quiteños natales, con esto me refiero a los autóctonos son excelentes artístas, inclusive me atrevería a decir que superaron a sus propios maestros europeos proque utilizan una perspectiva más fresca, me refiero más colorida y más trabajada.
de Julián Benítez

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