lunes, febrero 25, 2008

Persecución de una foto


Cierto día al salir por las calles Sangolquí llamó mi atención cierto automotor que se había frenado frente a nuestro auto, se mostraba como una pared en blanco en donde ayudado de pocas palabras habían plasmado nuestra manera de ser… era la parte trasera de una camioneta. Al principio no la tomé en cuenta por distraerme con los árboles que crecen en el parque de Santa Clara, pero poco a poco todo se fue haciendo claro, y frente a mis ojos se desplegó una obra maestra. En letras de color rojo se leía.
- Si te gusta mi (y se veía una pequeña paloma dibujada) entonces sígueme
E inmediatamente después, en la línea siguiente, se leía:
- El Señor es mi pastor nada me faltará
Después de analizar la frase vinieron a mi mente ciertos cuestionamientos, como: a que se refiere el que redactó esta frase. ¿Por que las pone juntas? Será que de cierta manera intenta pedir a Dios ayuda en su vida amorosa, pero lo hace de manera que parezca lo opuesto, alardeando de lo que falta.
Ese día era Domingo… Entonces lo recordé: tenía que subir cosas al blog de lite y solo una idea cruzó ante mí: El Barroco!! Es justo lo que estamos viendo en clase.
Busqué con desesperación mi celular pero no lo tenía, luego regresé a ver al piloto del auto, era mi mamá. Ella tiene gran gusto por tomar fotos, inclusive en ocasiones que uno sabe se van a repetir, debe ser la nostalgia que deben sentir las madres sobre todo en esta edad e intentan atesorar cada minuto de vida que nos sobra con ellas, pero desde otro punto de vista: le han obligado a usted a sonreír después de hacerle enojar, o ha sentido muchas veces que el ojo sin párpado de la cámara interrumpe con lo hermoso de la simplicidad de ver al horizonte o sembrar una planta, haciéndole sentir ridículo, de seguro debe haber cierto gusto en ello, tal vez deba intentarlo yo y así pueda comprender, o tal vez no, pueda que la gente me tache de nostálgico o que luego en mi cuarto no haya espacio para ningún otro adorno por estar todo lleno de fotos. Pero bueno ya me he desviado bastante de la historia, debería continuar ahora.
Entonces como ya había dicho mi madre gusta de tomar fotos por lo cual noté en esto un poco de esperanza, y dije:
- Mamá tienes la cámara
- ¿Por qué? que pasó
- Es para un deber y esto que dice en la camioneta esta súper bueno
- Chuta! no, no tengo la cámara.
Todo se empezó a ponerse aún más complicado y empecé a pensar. Al parecer cuando uno razona siempre tiene alguna compulsión: algunos toman café, otros té, otros prefieren fumar, otros se truenan los dedos, lo que a mi me impulsaba en este momento era una pepita de capulí con la que jugaba y a la que mordía sin piedad.
Decidimos seguir al automotor pero todo cada vez formaba aún mas preguntas dentro de mí, a demás, para que seguirlo no tengo cámara, entonces mi mamá dijo: “Veamos a donde va, tal vez luego podamos volverle a encontrar”, entonces vi a la camioneta tomar a la derecha y parquearse frente a una marisquería. Era definitivo: la frase, al parecer era plegaria escondida.
Al llegar a mi casa corrí por la cámara, decidí dejar de castigar a la pepita que tenía, así que tomé otro capulí nuevo, y salimos en el auto de nuevo.
Pero cuando llegué a la marisquería la camioneta ya no estaba.

Pablo Chávez Buitrón

1 comentario:

David Garzón F dijo...

jaja ---- interesante, relacionable, identificable con uno de nosotros siempre sea el caso de un curioso, de nosotros.. Y bien, de tu parte admiro esa espontaneidad y habilidad para lograr de un lector que se envuelva, identifique y en fin entienda perfectamente de que estas hablando, y hacerle irónico y realista a la ves.... sigue escribiendo amigo.. Súper chévere


David Garzón